Los nevus son los “lunares”. Se producen porque se multiplican las células de la piel que producen la melanina. La melanina es la sustancia que da color a la piel y a las mucosas.

Se pueden tener desde que se nace o que aparezcan a lo largo de la vida.
Existen distintos tipos:
– Nevus congénitos: están desde que se nace o salen antes de los 2 años. Pueden ser múltiples o de varios tamaños y formas, pueden ser planos o elevados. A veces tienen pelos. Los bordes están bien definidos. El color puede variar, incluso dentro del mismo nevus.
– Nevus adquiridos: son muy frecuentes. Suelen ser pequeños (menos de 8 mm). El color es pardo-oscuro-negro. Son redondeados, planos o abultados, lisos y, a veces, como “verrugas”. A veces tienen pelos. En algún caso, van perdiendo su color.
– Nevus clínicamente atípicos: se trata de un nevus adquirido que tiene cambios que lo hacen “sospechoso”. Estos cambios o «signos de alarma» se corresponden con las siglas ABCDE:
- Asimetría: es cuando la mitad del nevus no es igual a la otra mitad.
- Bordes irregulares: son bordes poco definidos.
- Coloración heterogénea: quiere decir que tiene varios tonos de color. Sobre todo azul, negro o rojizo. Y de forma irregular.
- Diámetro mayor a 6 mm
- Evolución: se refiere a los cambios. Como el aumento en grosor. Que crece mucho en poco tiempo. Se nota picor, dolor o que sangra.
Hay nevus especiales, que tienen nombre propio: nevus de Spitz, nevus halo de Sutton, nevus de la unión, intradérmico, nevus azul, etc…
¿En qué casos está indicado este procedimiento?
Se necesita una valoración para descartar que el nevus presente alguna de las características denominadas “atípicas”. Pueden quitarse ser por causas estéticas, porque están en zonas donde “rozan” con la ropa o porque no se puedan vigilar bien. Se quitan con una operación muy sencilla. Luego se hace una biopsia para el estudio del nevus y así se confirma que no hay ningún problema.
Procedimiento
El procedimiento se realiza con anestesia local y sin necesidad de ingreso. Consiste en eliminar la lesión incluyendo las células que la producen para que no vuelva a aparecer. Habitualmente se deja una sutura que se reabsorbe o que es retirada entre 7-14 días dependiendo de la localización del lunar.
Recuperación
La recuperación es muy rápida, pudiendo realizar tu vida habitual inmediatamente tras el tratamiento evitando ejercicio intenso. Será muy importante mantener la zona limpia y seca y tras la retirada de la sutura, hidratación y protección solar.
Riesgos
Los riesgos son escasos al tratarse de un procedimiento poco invasivo. Para minimizarlos se deben seguir cuidadosamente las indicaciones dadas, tanto antes como después de la cirugía.
Resultados
La eliminación de la lesión se objetiva inmediatamente tras la cirugía. Con el debido cuidado posterior las cicatrices son muy discretas.


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